Justo cuando pienso que no hay nadie más bruto que yo, encuentro en la vida cotidiana un par de casos que me dicen que hay otros más brutos. Pero como decía mi madre: “Consuelo de muchos es consuelo de tontos”.
Primer caso, una señora de casi 50 años que se toma una poción de gramoxone, un yerbicida altamente tóxico y peligroso. No teniendo motivos aparentemente para tomar esa decisión, ya que sus hijos le proveen de todo, casi muere en el intento de suicidio. Ahora tiene secuelas en los riñones y los pulmones. Esta señora sí que es más bruta que yo.
Un conocido que hace poco más de un año hereda cierta cantidad de dinero producto de la venta de una casa de su madre. Con ese dinero construye su casita porque no tenía donde vivir, trabaja y mantiene sus hijos y esposa. Pero en el transcurso del tiempo, se dedica a parrandear y según dicen las malas lenguas, roba dinero en su trabajo (él es contador) para gastarlo en las guaradas con mujeres. Ya está de vacaciones esperando que la empresa donde él trabaja, lo liquide finalmente. No se sabe la decisión que tomará la empresa, si le hará juicio o solamente lo despedirá. Como está la situación en el país, es difícil aunque no imposible, que encuentre otro trabajo.
Este último caso es otro más bruto que yo.
Y bueno ¿cuáles son mis brutadas ?
Haberme endeudado con tarjetas de crédito, la realidad que no ha sido tanto en vicio, sino en comida, medicinas, compras compulsivas en los supermercados, ropa, etc. de todo un poco.
Me veo en la lucha a muerte para bajar esas deudas que me martirizan.